“Si desaparece el instituto nos va a pasar lo mismo que en los 90, donde los pequeños productores nos estábamos prácticamente extinguiendo”, recordó Marcelo Hacklander, director de producción del Instituto Nacional de la Yerba Mate, tras la victoria de Javier Milei.
Con la victoria de la Libertad Avanza, crece la incertidumbre y miedo en el sector yerbatero ante posibles medidas que pongan en peligro la existencia del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), ente que, entre tantas otras tareas, cumple el rol de regular y garantizar que se cumpla el precio mínimo de la materia prima en todo el país.
Tal y como lo reafirmó tantas veces Javier Milei, uno de los objetivos del partido libertario es extinguir la intervención del Estado sobre la economía. Y si bien hasta el momento nunca se refirió específicamente al INYM (como si lo hizo en su momento Horacio Rodríguez Larreta) hay quienes temen que busque desregular la actividad yerbatera, y como consecuencia el INYM pierda una de sus funciones más importantes.
En medio de esta situación, el director de producción Marcelo Hacklander, expresó su preocupación sobre medidas que puedan poner en peligro la existencia de más de 12.000 pequeños productores y sus familias, así como más de 15.000 empleados rurales que dependen de la actividad yerbatera en la región.
Hacklander reconoció que a pesar de la incertidumbre, guardan esperanzas en poder dialogar con Milei y su equipo para explicar la realidad de la actividad yerbatera hoy en día y la importancia en el rol que cumple el INYM para beneficiar a todos los eslabones de la cadena productiva.
“Si desaparece el INYM nos va a pasar lo mismo que ocurrió en los años 90 en argentina, cuando se desactivó la Comisión Reguladora de la Yerba Mate (CRYM) y los pequeños productores nos estábamos extinguiendo directamente”, señaló Hacklander y recordó que esta crisis terminó con el tractorazo de productores y la posterior creación del instituto yerbatero.
Ante esto, resaltó que el trabajo conjunto entre el INYM y el nuevo Gobierno nacional es esencial para mantener el equilibrio en la cadena de producción, desde el productor hasta el molinero y el trabajador rural. Y sobre todo, para lograr que ningún gran productor le coarte el trabajo a los más pequeños.
Hacklander expresó la esperanza de que, más allá de las diferencias políticas, el nuevo Gobierno entienda la importancia de la actividad yerbatera para la economía regional y nacional, asegurando la continuidad del INYM y su rol de apoyo a los pequeños productores.
“La continuidad del INYM es necesaria y realmente importante para todo el sector yerbatero. Por eso, hoy más que nunca apuntamos al diálogo, no queremos ir al choque porque eso no trae buenos resultados. Queremos que nos habiliten un espacio para llegar a un diálogo, donde se nos permita explicar cómo se trabaja en el INYM, el rol de cumple y que juntos podamos consensuar las medidas a seguir”, reconoció.
La incertidumbre persiste entre los productores, pero la disposición al diálogo y la búsqueda de consensos son fundamentales para asegurar el futuro del Instituto de la Yerba Mate en Argentina.
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